
Luego de mi último escrito Recibiendo Paz Mental, quiero hablar un poco sobre el Salmo 94:18-19. Estos versículos cautivaron mi corazón. El pueblo de Israel esta solicitando la justicia de Dios contra los gobernadores malos. Entonces el salmista se pregunta quién lo defenderá contra el poder arrollador de los impíos. A su vez afirma que nunca ha sido dejado solo pues Dios siempre ha salido en su defensa. Es aquí la parte importante.
18 No bien decía: «Mis pies resbalan»,
cuando ya tu amor, Señor, venía en mi ayuda.
19 Cuando en mí la angustia iba en aumento,
tu consuelo llenaba mi alma de alegría
En los últimos meses he estado leyendo planes acerca de cómo fortalecer mi fe. Por otro lado, no solo leer y meditar su palabra sino también vivirla. Su Palabra que trae consigo vida. Incluso trae seguridad y paz. Pero la realidad es que si no creemos su palabra es difícil que sus promesas traigan esos beneficios que antes mencioné. El salmista en medio de su aflicción ha creído y por consecuencia experimentado el amor inagotable del Señor. Y aunque su angustia y preocupaciones aumentan, sabe que el consuelo de Dios siempre llega. Y no solo para calmar su ansiedad sino para ser reemplazada por alegría.
En los tiempos que vivimos creo que muchas de nosotras hemos tenido que sumergirnos más en la Palabra de Dios. Para muchos son las señales de los últimos tiempos que menciona la Biblia. Otros creen que es simplemente un tiempo difícil que enfrenta la humanidad. Ya sea que creas en uno o en lo otro, te exhorto a que la Palabra sea el alimento de tu alma. Permite que te llene, te consuele y te abrace.
Te comparto mi técnica de escribir la Palabra. Todavía uso libretas! Así es, uso una de mis tantas libretas. De hecho, algo jocoso es que, mi esposo que es más tecnológico, ha querido actualizarme al comprarme un Ipad. Y entiendo que la tecnología es buena pero, si eres como yo que me gusta escribir o has descubierto pasión por la escritura, tendrás miles de libretas por toda la casa.
La escritura me permite hacer mío el verso. Grabar la palabra de Dios en mi corazón (Deuteronomio 11:18). En tiempos donde estoy afligida o necesito dirección, en su palabra encuentro todo lo que mi alma necesita.
Te exhorto a que escribas la parte de la palabra que te impacta. Después medita en ella. Al final pregúntate: ¿Qué Dios quiere decirte?. Luego, permite que Dios hable.
En ésta última parte es donde te aseguro que al igual que yo escucharás la voz de Dios trayendo por medio de su presencia todo lo que necesitas.